Seguro que no es muy científico pero hay una regla que funciona en el mundo y que creo tiene ser tomada en consideración:
Entiende "yo" como "tu mismo/a" ya que no me estoy refiriendo a mi, solo pretendo que se lea en primera persona.
- Si yo me abro, ellos se abren a mi
- Si yo me ayudo, ellos me ayudan
- Si yo me comunico conmigo, ellos me escriben
- Si yo me muevo, ellos vienen
- Si yo me doy, ellos me dan
Entiende también esta otra palabra de las frases: "me" se refiere a ti mismo, pero tu eres cualquier otro, todos los seres, las cosas, están hechas de la misma esencia, "me" se refiere a todos y todos (pero sin excluirte).
Son frases condicionales "Si..." y por ello en con la concepción actual que tenemos del mundo se han convertido en armas de doble filo para nuestras mentes condicionadas. Intento explicarlo:
Entendidas tal cual he explicado (yo=tu mismo, me=cualquier esencia del mundo) sin más juicios y valoración y sin "si" (condicional) consiguen el efecto de mover la energía, energía positiva puesto que son acciones de movimiento positivo, libres de connotaciones negativas que hagan que nuestra mente enjuicie, critique, etc.
Cuando le cambiamos la forma, el concepto, el sentido..., por ejemplo:
- Yo doy para que me den
- Yo me abro para que se abran a mi...
Tanto el "yo" como el "me" tienen una connotación que la mente considera como individual, pierde totalmente el sentido universalista y se convierte en una herramienta que funciona tanto para obtener grandes alegrías como grandes pesadumbres.
El concepto pasa a tener un sentido de "me lo devuelven" y no es que eso sea malo en sí ¿porque tendría que ser malo?, pero nos trae problemas porque estamos demasiado condicionados con el merecimiento, el castigo, el bien y el mal. Entendemos entonces, por ejemplo, que somos egoístas, por tanto "no somos buenos" y merecemos castigo.
Yo doy (para) y ellos me dan (porque), se entiende como una acción con una consecuencia, porque "soy bueno", pero al tomar conciencia del "egoísmo" que entraña "dejo de ser bueno", entonces merezco castigo.
"Recuerdo a una buena amiga que llevo en mi corazón y que se apartó de muchas personas y de un proyecto en el que creía y que le hacía mucha ilusión por este tipo de interpretaciones"
Todo son palabras, conceptos que llevan alguna connotación por lo que tenemos que salir de ellas para que nuestra infelicidad no domine nuestras vidas a través de las palabras. Un circuito cerrado que no hay por donde salir y continuamos en él.
Bajo la otra perspectiva:
- Yo me abro, ellos se abren a mi
- Yo me ayudo, ellos me ayudan
- Yo me comunico conmigo, ellos me escriben
- Yo me muevo, ellos vienen
- Yo me doy, ellos me dan
No hay causa ni consecuencia. "No viene una persona porque yo vaya a verla": yo me muevo y con ello consigo una energía positiva que hace que todos los seres a mi alrededor se muevan y como vivo dentro de este espacio de movimiento también se mueven hacia mi. Y fijar la atención en que digo "también", o sea no es una consecuencia directa.
"Sería algo así como: tengo la casa con mal olor y abro las ventanas creando corriente de aire para que se ventile. Al crear la corriente de aire pueden salir los olores, los microbios, los virus, los ácaros, las partículas en suspensión que existe en mi micromundo, pero también llegarán otros nuevos. La casa se refrescará, tendrá una nueva sensación, sin embargo seguro que entrarán nuevos seres invisibles al ojo humano, nuevos olores que no necesariamente tienen que ser buenos... pero ¿habéis observado que sucede con los malos olores aunque provengan de fuera cuando se crea corriente de aire en casa? que rápidamente desaparecen. Haz la prueba y lo comprobarás, aunque entre mal olor, si realmente has conseguido una buena corriente de aire, al cerrar la puerta (entrar en ti mi mismo) la sensación es buena y cualquier rastro de olor desaparece."
Al no enfocar el pensamiento en el bien o el mal, el premio o el castigo, el merecimiento tanto en positivo como en negativo, estoy fluyendo, no alimento lo negativo, tampoco lo positivo, dejo que pase por mi vida, que se renueve.
Solo fluyo y al fluir ya no importa lo negativo, porque sé que viene y se va, pero también al fluir me permito disfrutar de lo positivo ¿No es ese el origen de la paz y de la tranquilidad y por ende de la felicidad?
2 comentarios:
Efectivamente, lo que doy deinteresadamente hace que vuelva a mí, desinteresadamente y multiplicado.
Hermoso punto de vista!!!
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