Tengo ya 46 años, me siento como si tuviera 20, a pesar que he cambiado mi vida muchas, muchas veces.
A veces me da vergüenza decirlo, contarlo. Me avergüenza haber pasado por tantas innumerables experiencias diferentes. Todo el mundo dice que eso es fantástico pero a mi me avergüenza.
Haber cambiado tanto y tantas veces de forma de vida me hace creer, en muchas ocasiones, que soy una inmadura, una insatisfecha, que cambio porque no soy capaz de adaptarme a nada.
Otras veces, como ahora, estoy convencida que tanto cambio en mi vida atiende a mi necesidad de crecimiento. Soy una buscadora, una buscadora de mi propio crecimiento y aunque se que para encontrar mi propia luz no tengo que buscar sino que solo tengo que mirar adentro, sigo buscando y buscando la forma de poder mirar.
Continuo buscando la forma de hacer desaparecer totalmente mi ego, de llegar sin barreras y continuamente a mi centro.
Cada vez que dejo de escribir aquí o en tantos otros sitios donde escribo es porque se avecina un cambio en mi vida. Dejo de escribir, dejo de comunicarme porque me pierdo, porque ya no se donde estoy. Pero no es precisamente por sufrimiento por lo que dejo de escribir, simplemente porque creo que no tengo nada que decir, que todo lo que tenía que decir hasta ese momento ya estaba dicho... hasta que llega el cambio, entonces y solo entonces es cuando se que tengo algo nuevo que decir.
No se hacia donde me llevará esta nueva etapa de mi vida. No tengo ni idea, pero me apasiona pensar que algo "mejor" llegará a mi. Y no se trata de dinero, ni coches, ni trabajo, ni amigos, ni parejas, ni nada de lo que socialmente se considera "mejor", se trata de algo interior. Algo muy profundo.
¿Tengo miedo? A veces si, a veces no. Pero me da lo mismo el miedo, pasaré de nuevo por encima de él porque lo que se avecina seguro que es impresionante.
Se me podría tachar de inmadura, de inconstante, porque todo lo dejo, todo lo termino abandonando. Pero en realidad nada dejo, ni nada abandono, solo queda ahí aparcada en un momento de mi vida, quizás en algún momento lo retomo, en otros no, pero... ¿que más da?.
Soy una buscadora de luz, una trabajadora de luz y no puedo menos que dejarme llevar por mi interior, por mi intuición, por mi corazón. Y mi corazón, mi intuición, mi interior dicen que estoy en el nuevo camino.
No en el buen camino, sino en el nuevo camino. Algo caduco se quedó atrás, ahora solo pueden venir cosas nuevas y todo lo nuevo es aprendizaje y crecimiento, por consiguiente es bueno.
Alhoja. Te amo, lo siento mucho, perdoname y gracias.
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