Estas semanas me he sentido especialmente intranquila.
Desde hacía varios meses que me relacionaba con muy pocas, poquísimas personas, pero últimamente vuelvo a ser una persona social.
Me entró miedo por ello y empecé a tener que soportar viejos fantasmas emocionales que aparecían y se iban sin lógica aparente.
Y aunque algunos desagradables estados emocionales desaparecían momentáneamente, era solo eso: momentáneo. Luego volvían a estar ahí.
Me había olvidado de una lección que aprendí en su día y que ahora he recordado. Porque al recordar esta asignatura he vuelto a recordar lo que no debía olvidar, para así poder olvidar emocionalmente... que lío de palabras ¿no?.
Vale, dejo de ser enigmática...
Como os decía emocionalmente no me sentía demasiado estable, esto ha coincidido con la tarea que estoy realizando de reescritura del libro y como no... me volví a quedar bloqueada en el mismo momento en que me bloqueé cuando lo escribía, y también en el mismo lugar que me atascaba cada vez que lo leía y lo repasaba ¿curioso no?. Quizas no tanto si os digo que el libro refleja grandes vivencias de mi vida.
Pero aún más curioso es que donde me quedaba parada era en esa asignatura que os digo que no termino de sacar con nota suficiente como para no volver a repetir. Esa asignatura se llama estar en contacto con mis antiguas emociones y ver que lo que me mueve emocionalmente en sentido negativo no es lo que me está sucediendo ahora sino el reflejo de como me sentí cuando sucedió algo similar cuando era "peque".
Y es que el secreto es tan fácil pero a la vez tan difícil de mantener.
Todo lo que tenía que hacer era eso, ver la situación como un detonante que me traía recuerdos emocionales pasados, comprender de donde venían y... ya está, se evaporan, desaparecen, no vuelven hasta que dejas de ser consciente de ello.
Se trata de no volver a vivir emocionalmente el pasado, y como hacerlo es tan fácil como dejar de engancharse con situaciones actuales creyendo que estas son las que nos hacen daño...
Definitivamente todo lo que nos hace daño está en nuestras vivencias infantiles, todo lo que vivimos "bien" cuando éramos pequeñines no nos puede hacer mal ahora de adultos... y a la inversa, todo aquello que vivimos de forma traumática se mantiene vivo en nosotros reflejado en multitudes de cosas, actitudes, situaciones, olores, colores, imágenes, sonidos, ...
Y todo lo que debo hacer es no apegarme a ello, verlo con perspectiva, desde fuera.
Quizás sea el eje central de Luz en la Oscuridad, no lo sé ciertamente porque cada nueva crítica al libro me abre nuevas perspectivas.
Ahora lo recuerdo y lo hago, ¡que alivio!
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