Un nuevo cuento Sufi para hoy, en esta ocasión aunque vale cualquier interpretación, mi corazoncito me cuenta que trata del exceso de protección y seguridad que creemos que debemos llevar y que nos impide realmente poder estar seguros por nosotros mismos.
El mulá Nasrudin armadoMuy asustado en una noche obscura, mullá Nasrudín viajaba con una espada en una mano y una daga en otra. Le habían dicho que eran seguros medios de protección.En su camino se encontró con un asaltante, que le robó su asno y sus alforjas con valiosos libros.Al día siguiente, cuando se estaba lamentando de su suerte en la casa de té, alguien le preguntó.-Pero, ¿por qué dejó que se llevara sus posesiones, mullá? ¿No tenía los medios para detenerlo?-Si mis manos no hubieran estado ocupadas –dijo el mullá-, hubiera sido otra historia.
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